OPERACION MAYACHKA - CHILE

¡Personas comprometidas con una causa justa!

La Operación Mayachka tiene por objetivo detener toda captura o matanza de lobos marinos propuesta por pescadores y diputados, desde su fase administrativa actual hasta en una eventual fase operativa si es necesario.

La leyenda de Mayachka.

En los indómitos parajes de Tierra del Fuego, vivió una vez una mujer ona que se crió entre yaganes, luego que éstos últimos ocuparan la aldea en que su tribu vivía.

Quedó a cargo de Cowilij, y su mujer Latabilik-kipa, sin embargo, aparte de ponerle el nombre de Mayachka, ninguno de ellos, jamás le prestó demasiada atención. Por lo cual ella, creció solitaria y salvaje. De vez en cuando se acercaba hasta Latabilik-kipa, ayudándola a recolectar mariscos, pero a penas alguien se acercaba, ella desaparecía entre los roqueríos o bosques.

Pasó el tiempo, y Mayachka ya no era una niña, su cuerpo adoptaba las formas de una mujer. Cowilij se dio cuenta de esto una tarde en que la observó mientras caminaba por la playa; desde entonces Mayachka se volvió su obsesión. Sólo esperaba la oportunidad para poder atraparla. Y la ocasión se presentó. Una tarde borrascosa, como aquellas que se dan en Tierra del Fuego, el fuerte oleaje expulsó a Mayachka hacia la playa, justamente a los pies de Cowilij, el cual no dejó pasar la oportunidad, y se lanzó sobre ella. Largo tiempo estuvieron forcejeando, sin embargo, la fuerza y experiencia de Cowilij vencieron sobre la inocente defensa de Mayachka.

El sol caía cuando Cowilij decidió dejarla ir, subió al roquerío cercano, y vio como Mayachka, enojada y ultrajada emprendía su marcha. Había decidido no volver a la caleta de Wujyasima. Esta decisión la hizo caminar un día y una noche, sin cansarse, sin detenerse. De pronto, vio una canoa a la deriva, sabiendo que le serviría para ir a cualquier parte se abalanzó al mar para alcanzarla, sin embargo un repentino cambio en la dirección del viento, la alejó rápidamente de ella. Solo cuando quiso volver a la playa Mayachka notó cuanto se había alejado. Nadaba con todas sus fuerzas, pero no avanzaba mucho, a penas si lograba mantenerse a flote. Notó que un lobo de mar la seguía, asustada intentó nadar más a prisa, pero estaba tan cansada. Sin embargo, se dio cuenta que este lobo parecía interesado en ayudarla, hacia enormes esfuerzos por ayudarla a mantenerse a flote, Mayachka, decidió confiar en el lobo marino, y aferrándose a su cuello se dejó trasportar.

Cuando recuperó el conocimiento, comprendió que el lobo no la acercaba a la costa, por el contrario se alejaba de ella, sin embargo, se dejó llevar. Arribaron a una pequeña isla donde el lobo tenía su guarida. Mayachka recorrió la isla en menos de un día, preparó una fogata y recogió unos poco mariscos. Horas más tarde volvió el lobo quien mediante gestos le dio a entender que quería que fuera a la playa con él. Efectivamente, el lobo llevaba cardúmenes hasta las orillas, para que Mayachka, pudiera tomarlos y lanzarlos a la playa, en poco tiempo la playa estaba llena de pescados. Mayachka, tomó el más grande y se lo dio al lobo de mar, sin embargo, este a pesar de sus esfuerzos simplemente no podía degustar la comida cocida, por lo cual avergonzado se fue a un rincón de la caverna a comer pescado crudo, Mayachka río con esto, y sintió compasión de él. Sigilosamente se acercó, acarició su cabeza suave y húmeda. Y por primera vez entendió que amaba al lobo.

Pasó el tiempo, Mayachka y el lobo ya sabían comunicarse, y vivían en armonía y felicidad. Un día Mayachka, no quiso salir con el lobo a nadar, como era su costumbre. El lobo ofendido se fue a unos requeríos que estaban afuera de la caverna, y desde ahí vigilaba los movimientos de Mayachka. Al día siguiente, Mayachka, salió de la cueva con un niño en brazos, lo llevaba a la orilla de la playa, como es la tradición, a lavarlo con agua de mar. El lobo se acercó a ellos, y vio los hermosos ojos redondos de lobo, y su cuerpo humano cubierto de una fina capa de piel de lobo.

La felicidad era absoluta en la isla del lobo, salvo porque en ocasiones Mayachka extrañaba a su madre adoptiva, Latabilik-kipa, el lobo de mar se dio cuenta de esto, y el día en que Mayachka y su hijo Syuna (pez de roca) emprendieron la marcha hacia Wujyasima, el lobo los acompañó, llevándolos sobre su lomo.

Llegaron a Wujyasima, el lobo se fue a una playa cercana, y Mayachka con Syuna compartieron con los habitantes de la caleta. Mayachka fue invitada a recolectar mariscos con las mujeres, Syuna quedó con los niños, jugando sin preocuparse. Cowilij, ni por un instante dudó de la procedencia de ese niño, esos ojos redondos de lobo no dejaban lugar a dudas, menos esa piel que cubre su cuerpo. Había visto a un inmenso lobo dormir en un roquerío cercano. Preparó sigilosamente la trampa, para asustarlo y hacerlo caer en ella. Lo logró. Y tal como mandan las reglas del pueblo Yamana, lo repartió entre todos los habitantes, no quedando ninguno descontento con su ración. Acercándose a Syuna, le ofrece un trozo, diciéndole: -Es carne de lobo, Syuna, que nunca antes había comido carne la encontró deliciosa. Y cuando su madre llegó a la mañana siguiente junto con las otras mujeres, corrió donde ella y le dijo: -come, es carne de lobo.

Mayachka supo inmediatamente lo que había pasado, presa del dolor, con un erizo que tenía en la mano golpeó a Syuna en la cabeza, el niño cayó al agua. Las otras mujeres se lanzaron a rescatarlo, cuando lo tenía, y el niño volvía a recobrar el sentido, se convirtió en un pez syuna, volviendo al mar para siempre.

Mayachka, fue en busca del lobo marino, a la distancia divisó el roquerío donde éste se había quedado, vio su sangre y vísceras esparcidas, así como su piel. La leyenda cuenta que los espíritus llegan a calentarse cuando una fogata se está apagando, Mayachka, enciende una, y llora hasta quedarse dormida. Pasaron unas cuantas horas, y Mayachka siente un ruido, era el espíritu del lobo que se arrastraba hacia la fogata, en su lomo, y muy pegado a él, como si fueran la misma cosa, se encontraba Syuna. Mayachka, sonríe tranquila, sabiendo que está protegida, y sigue durmiendo. Sin embargo, Cowilij, siguió a Mayachka, y cuando este se iba a lanzar al ataque el espiritu del lobo marino corre a su encuentro, y lo empuja, Cowilij, cae por el roquerío quedando atrapado entre las algas. Al día siguiente, el resto de los aldeanos, encontraron su cuerpo, ahogado entre los huiros, y sin ojos, los albatros se los habían comido. A pocos metros, en la playa, estaba Mayachka, dormida con un pequeño pez syuna entre sus brazos.

Adaptacion del cuento de Nicasio Tangol
Todos los derechos pertenecen al autor original

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