QUE EL MALTRATO NO SEA TU TRADICIÓN
Estamos cerca de una de las temporadas más lindas y festivas de Chile. La primavera trae el viento, los colores, los volantines, las cuecas, las cumbias, el olor a carbón. Todo el mundo se prepara para la que es una de las fiestas más grandes del país. “El 18”, “Fiestas Patrias”, “La independencia”, “La Pampilla”, todo chileno -o extranjero que haya visitado el país durante la época- se llena de una euforia repentina al escuchar alguna mención en relación a nuestros días de independencia, y digo “días” por que Chile es uno de los pocos países en donde la independencia se celebra por más de 48 horas, de hecho, en Coquimbo, ciudad de la IV región, la festividad dura aproximadamente una semana.
Desgraciadamente, no todo es alegría en esta maravillosa época.
Como quizás algunos saben, en Chile tenemos una horrible tradición que tiene el orgullo de llevar el nombre de “Deporte Nacional”. Cruel, tortuoso e inexplicable, el rodeo, es una de las costumbres mas atrincadas en nuestra cultura popular. Cada año cientos de novillos son expuestos al dolor y sufrimiento; dos jinetes corren en sus caballos persiguiendo al asustado animal, dentro de la llamada “medialuna”, el objetivo del “juego” es lograr las mejores y mayores “atajadas” las cuales consisten en golpear y acorralar al novillo contra una zona acolchada llamada “quincha”. Por cada “atajada” que logren, se les otorga un puntaje (ver imagen) la pareja de jinetes que mayor puntaje obtenga, es la ganadora.
Como pueden ver, el novillo no muere en la “cancha”, pero sus músculos y huesos quedan en tal estado de destrucción que su vida se resume al dolor o son sacrificados.
Y no solo los novillos son victimas de esta entretención de masas, también los caballos sufren maltratos físicos (golpes, heridas, fracturas) y psicológicos (estrés).
Cabe mencionar que el rodeo no se celebra solamente en fiestas patrias, los novillos y caballos son víctimas de esta traumática práctica todo el año, pero es en estas fechas cuando el flujo de público se intensifica y por lo tanto la cantidad de rodeos aumenta.
Menos conocidas, pero no menos importantes, son las también celebradas en nuestras fechas festivas carreras de galgos y peleas de gallos, las primeras aún aceptadas por la ley, las segundas ilegales, pero no por eso inexistentes.
…“ La realidad que hay detrás de esta actividad es cruel. En algunas oportunidades, aquellos animales más veloces y rendidores son los que, durante el tiempo que “sirven” para correr, reciben ciertos cuidados por parte de sus criadores. En otros casos no es asi: muchos de los perros de carreras, por considerarse estos una inversión, un negocio, son sometidos a varias técnicas ilegales para mejorar su “performance”: son drogados, reciben estimulación eléctrica, castigos con látigos, etc. Pasan la mayor parte del tiempo en jaulas y se les permite salir solo para entrenar, competir o hacer sus necesidades.”… www.animanaturalis.com
...”Los detractores apuntan a diversos motivos para solicitar su prohibición. Según el responsable de ADENA en Canarias, las peleas de gallos "causan graves problemas a los animales, y se ha demostrado que sufren y mueren". Respecto al argumento de los criadores de que "(estos gallos) están en una continua lucha jerárquica y su instinto es matar al rival" respondió que "es cierto el hecho de que la rivalidad entre gallos es instintiva, pero otra cosa es que se le entrenen y se les ponga en un sitio específico con el único objetivo de que se maten" y que "una cosa es la competencia instintiva y otra cosa es propiciar el espectáculo con la pelea y la muerte de los animales".
No es trámite de días que se logre la eliminación de una costumbre que está tan arraigada en nuestra sociedad, tiene que ser una lucha constante, permanente. La gente tiene que aprender a respetar a los demás seres vivientes con quienes compartimos el planeta y a quienes les debemos tanto.
No asistas a tradiciones crueles, no las promuevas, convence a los demás para que el maltrato no sea su tradición.
