El volcán Chaitén al sur de Chile arrojó ceniza a la atmósfera alcanzando más de 30 kilómetros, lo que forzó a miles de personas a evacuar la zona dejando a los animales de compañía y de granja vulnerables a la nube tóxica. El IFAW (Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (www.ifaw.org) se dirige a los costados del volcán para ayudar a los animales necesitados.
Según información en los medios de comunicación, los granjeros dejaron atrás a unas 40,000 cabezas de ganado y los funcionarios expresaron su temor de que muchos podrían morir. Los grupos de protección de animales locales están consternados por los miles de animales de compañía que fueron dejados encadenados o abandonados sin comida ni agua.
Nueve días después de la erupción del volcán gigante, el gobierno chileno abrió el acceso al área afectada, y permitirá el rescate de animales a intervalos de 20 minutos, un protocolo diseñado para asegurar la seguridad de los grupos de rescatistas.
Una coalición de grupos de bienestar animal que incluye al IFAW, la Asociación Mundial para la Protección de los Animales (WSPA por sus siglas en inglés), la Sociedad Humanitaria de Estados Unidos (HSUS, por sus siglas en inglés) y la Coalición por el Control Ético de la Fauna Urbana (CEFU) local, está colaborando para evacuar y albergar a miles de animales vulnerables.
“Vemos con gusto esta colaboración entre organizaciones locales e internacionales en respuesta al desastre en Chile. En nuestra experiencia, cada vez que se juntan grupos, el plan de acción se desarrolla más llana y eficazmente,” dijo Dick Green, Coordinador del Equipo de Rescate del IFAW.
Estar en la lista de animales amenazados (AEE) supone una amplia protección a los osos polares. Esto incluye la exigencia de que las agencias federales de Estados Unidos se aseguren de que cualquier acción llevada a cabo, autorizada, o financiado por el gobierno de los Estados Unidos no va a "poner en peligro la continuación de la existencia" de los osos polares, o modificar negativamente su hábitat crítico.
¿Cual es entonces el verdadero fin de la brutal caza de ballenas?
Nada más y nada menos que el consumo de carne y demás productos extraídos de este maravilloso y humilde animal (aceite, grasa, etc.).
Según el testimonio de Greenpeace: